Pasada esta onda que llamamos digital, nos encaminamos de nuevo en el mundo real, en donde hemos descubierto las bondades del papel como medio de transferencia de pensamientos y de palabras y optimo medio para empaque.
Hemos descubierto que incluso los vinos más preciados se están empacando en cajas de papel, es decir en envases de cartoncillo de fondo cuadrado adecuado para portar líquidos de diversas clases, densidades y pH. Hoy día desde el aceite lubricante hasta la leche, jugos y bebidas inclusive, productos medicinales se empacan en envases de papel adecuados al envasado manual y automático, y transporte a granel, conservando sus cualidades térmicas y por supuesto reciclable.
Es más hasta secarnos una lágrima de los ojos necesitamos de una toallita de papel, como también para pegar una notita enfrente del refrigerador, avisando que saldremos a caminar. El papel ha vuelto y sus particularidades ha surgido frente a otras alternativas no tan eficientes desde su creación hasta su reciclado.
Según los científicos la huella de carbón para hacer papel es de 17.5g CO2 su proceso hasta formar un libro podrá llegar a 40g CO2, en pocas palabras debemos estar muy agradecidos de contar hoy día con elementos de papel que son buenos, perdurables, ecológicos y amables, gracias por contribuir a esta misión.
Usemos papel en contra de otros medios más contaminantes, reciclemos más papel. Consumamos menos contaminantes.